Muyil

Solo quería conocer sus plantas, tenian desde crotos, palmas, anturios, lirios, bromelias, bugambilias, epazotes, hasta cuna de moises, y de repente salio el chiquillo en calzones y playera azul con un balde de metal, iba al pozo a sacar agua chifle y chifle, me sonrio y me dijo que se llamaba Pedro y vivía ahí con su familia, al rato salió Rosa, andaba cuidando a Elisa, de 2 años que jugaba con el perro. ¿Que haces? ¿De donde eres? ¿Te gustan las plantas? ¿Porque no te quedas acá? Fueron algunas de las preguntas que me hacían también sus hermanas Ana y Lourdes la mayor, ella atendía la tienda que tenia su familia en la carretera, junto a su casa. Las tres habían terminado la escuela, y no pretendían casarse pronto. Parecían verdaderamente felices y quién no iba a serlo viviendo ahí. Jorge el que nos llevó en la lancha era empleado de su papá que tenia varias hectáreas ejidales en Muyil, junto a la reserva de Sian ka'an. El tour comenzó en la laguna de muyil, la mas pequeña, luego cruzamos por unos canales artificiales hechos por los mayas para conectarse con la laguna de Chunyaxche, que tiene pequeños cenotes que se ven desde la lancha. Después llegamos a la aduana maya, ahí pudimos lanzarnos al agua y dejarnos llevar por la corriente descubriendo aves entre los manglares, Jorge nos llevó a ver el nido de una garza tigre con sus dos pollitos. Al regresar pudimos sentirnos un par de exploradores siguiendo una vereda entre la selva, era desconcertante escuchar un ave y no poder encontrarla entre el camuflaje de las hojas, la realidad es que eran demasiadas para encontrarlas.